El eufemismo del siglo: Han pasado muchas cosas en los últimos años. Y ha sacado a muchas personas de lo que parecía un trance, lo que les ha hecho hacer una pausa, repensar lo que realmente quieren y reevaluar sus próximos pasos. ¿Suena familiar?
Ya sea que estés considerando un cambio de carrera; pensando en tomar un año sabático; iniciando tu propio negocio; cambiando a trabajo a tiempo parcial, de consultoría o de directorio; o incluso jubilándote: hay muchas cosas que intervienen en la decisión. No menos importante es lo que podría significar para tus finanzas.
Tomemos, por ejemplo, un ejecutivo de una empresa de tecnología que ha trabajado durante los últimos 15 años, durante 100 horas a la semana.
Ahora ha superado ese estilo de vida, está listo para dar un paso atrás y tomar un trabajo que le resulte más significativo.
Pero, ¿qué significaría eso para sus ingresos? ¿Pueden sus inversiones sostenerlo a través de una búsqueda de empleo, complementar un salario potencialmente más bajo en el futuro y ayudarlo a continuar alcanzando sus metas financieras?
Si vas a avanzar con confianza, con claridad sobre lo que podría significar una transición de vida como esa para ti (y tu familia), la planificación financiera y la gestión patrimonial son pasos clave en el proceso.
5 pasos para administrar tu patrimonio a través de las principales transiciones de la vida
1. Restablecer y explorar
Primero, un examen de conciencia. Si no tienes muy claro lo que quieres a continuación, podrías terminar en el lugar en el que te encuentras ahora.
Comienza por pensar en tus valores fundamentales. ¿Qué es importante para ti? ¿Cuáles son los principios que te dan dirección, te ayudan a tomar decisiones que se sienten bien en tu instinto? ¿puedes alinear tu carrera, filantropía, inversiones y vida alrededor?
Luego considera tus objetivos y cómo se alinean con esos valores. (Si no lo hacen, ¿tal vez no sean los correctos después de todo?) ¿Qué quieres de la vida? ¿Donde quieres estar? (Nota: estas cosas pueden cambiar, y definitivamente lo harán. Intenta confiar en tu instinto y no estresarte por las respuestas).
Finalmente: ¿Qué te motiva a hacer este cambio? ¿Qué quieres de él? ¿Tu objetivo es encontrar un cambio de ritmo en el trabajo? ¿Hacer una mayor diferencia? ¿Encontrar más flexibilidad? ¿Seguir una pasión? Esta es la parte más importante que debes aclararte, ya que guiará tus próximos pasos inmediatos, en cuanto a tu carrera. Este paso es clave para mejorar tu wellness financiero.
2. Revisa tu flujo de caja
Para estimar las implicaciones financieras de una transición, debes comenzar con una imagen clara de tus finanzas y de tu presupuesto hoy. Una gran parte de eso es el flujo de caja: lo que entra y lo que sale.
La primera pieza, por supuesto, es el salario o los ingresos asociados con el puesto que estás considerando dejar. (Bastante sencillo.)
La segunda pieza requerirá un poco más de investigación: ¿Cuáles son tus gastos actuales? ¿Cuánto de eso es necesario o realmente valioso? ¿Cuáles son fijos y cuáles son variables?
Finalmente, si cambias de trabajo, ¿cómo cambiarán estos gastos? Considera el costo del seguro de salud, la cantidad que está contribuyendo a las cuentas de jubilación con ventajas impositivas, etc.
3. Planificación financiera
Aquí es donde los objetivos y los números realmente se unen, y donde serán un socio especialmente valiosos. Juntos, considerarán decisiones como:
¿Cuánto trabajarás? ¿Cuánto te hará ganar eso?
¿Cuánto gastarás? ¿Más que hoy, menos o lo mismo?
¿Cómo será tu estilo de vida? ¿Cambiará su costo de vida?
A partir de ahí, la planificación financiera te ayuda a comprender y comparar tus opciones.
Tu asesor puede mostrarte cómo varios caminos potenciales podrían afectar tus finanzas, tanto a corto como a largo plazo.
No están allí para decirte qué hacer, solo te brindan la información que necesitas para tomar una decisión más segura por tu cuenta y sirven como una caja de resonancia mientras lo piensas.
4. Posicionamiento financiero
Luego vienen las decisiones sobre cómo administrarás tu dinero y posicionarás tus activos hoy para ayudar a hacer posible ese futuro que estás imaginando. Por ejemplo:
¿Tienes grandes hitos de ingresos próximos, como pagos de bonificación o fechas de adjudicación? Querrá tenerlos en cuenta en el momento de tu transición.
Si decides que vale la pena quedarte en tu puesto actual solo un poco más, podría cambiar completamente tu plan financiero.
¿Tiene sentido la asignación de activos de tu portafolio de inversiones, dado que estás a punto de realizar un cambio importante? ¿Necesitas ser más conservador mientras tu vida es menos segura?
Si adoptas un enfoque más conservador, ¿puedes cubrir por completo tus necesidades de ingresos? ¿Deberías estar en renta fija, certificados de depósito, o tal vez en bonos corporativos? ¿Deberías (estratégicamente) liquidar parte de tu portafolio ya que vas a obtener ingresos inconsistentes (o más bajos)? ¿O ahora necesitarás un portafolio que se enfoque en dividendos para el reemplazo de ingresos?
5. Administrar y evaluar los beneficios
Cuando dejas un trabajo, por supuesto, dejarás atrás ciertos beneficios de compensación. Tendrás que tomar algunas decisiones y tu asesor financiero puede ayudarte a pensar.
Por ejemplo, si tienes opciones sobre acciones, ¿qué debes hacer con ellas? Algunos planes de compensación diferida pagan sumas globales cuando te vas. ¿Cómo afectará eso a tu año fiscal?
Lo más importante es revisar de forma holística todos los beneficios laborales actuales y los cambios que debes hacer al respecto.