Los conceptos de déficit y superávit son esenciales en cualquier aspecto económico. Han sido objeto de múltiples titulares de prensa y noticias televisivas, y son especialmente relevantes cuando se trata de temas macroeconómicos, como el gasto público y la balanza de pagos.
Es necesario entender que un déficit se produce cuando los gastos superan los ingresos, mientras que un superávit ocurre cuando los ingresos superan los gastos.
Ambos términos son importantes para evaluar la situación financiera de un país o una empresa.
En el ámbito macroeconómico, el déficit público puede generar preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda y la estabilidad financiera, mientras que el superávit puede indicar una gestión adecuada de los recursos y una capacidad para afrontar contingencias.
¿Qué es el superávit financiero? 📈
El superávit económico se refiere a las ganancias adquiridas de una transacción monetaria. Las ganancias podrían ir a favor de un consumidor o un productor. Por lo tanto, es una agregación del excedente del consumidor y el excedente del productor.
En una transacción comercial, los productores a menudo obtienen una gran ganancia. Pero esto es a costa del consumidor, que termina pagando más.
Por el contrario, hay ocasiones en las que los consumidores obtienen un buen trato y terminan ahorrando una cantidad considerable. Pero, de nuevo, en tales tratos, los fabricantes registran ganancias disminuidas.
Pero en muchos escenarios del mundo real, existe un equilibrio: ni el productor ni el consumidor tienen una gran ventaja.
Más bien, ambos obtienen buenas ganancias de la transacción. Entonces, esta culminación de las ganancias del consumidor y del productor se conoce como excedente económico total.
Por lo tanto, es un estudio de mercado de escenarios que benefician a los clientes y proveedores de servicios.
Este estudio trata de comprender las tendencias del mercado en función de las fuerzas vitales de la oferta y la demanda.
Todo negocio opera con el único propósito de obtener ganancias. Por lo tanto, la adición de valor, si la hay, es un subproducto.
Por el contrario, los clientes siempre buscan ofertas y descuentos que se ajusten a su presupuesto. Se experimenta un saldo excedente cuando los precios alcanzan el equilibrio del mercado.
¿Y qué es el déficit? 📉
Cuando se identifica un déficit presupuestario, los gastos corrientes superan la cantidad de ingresos recibidos a través de operaciones estándar.
Para corregir el déficit presupuestario de su nación, a menudo denominado déficit fiscal, un gobierno puede reducir ciertos gastos o aumentar las actividades generadoras de ingresos.
Un déficit presupuestario puede conducir a mayores niveles de endeudamiento, mayores pagos de intereses y baja reinversión, lo que resultará en menores ingresos durante el año siguiente.
Lo contrario de un déficit presupuestario es un superávit presupuestario. Cuando se produce un superávit, los ingresos superan los gastos corrientes y dan como resultado un exceso de fondos que pueden asignarse más.
Cuando las entradas son iguales a las salidas, el presupuesto se considera equilibrado.
A principios del siglo XX, pocos países industrializados tenían grandes déficits fiscales; sin embargo, durante la Primera Guerra Mundial, los déficits crecieron a medida que los gobiernos tomaban grandes préstamos y agotaban las reservas financieras para financiar la guerra y su crecimiento.
Estos déficits de tiempo de guerra y de crecimiento continuaron hasta las décadas de 1960 y 1970, cuando las tasas de crecimiento económico mundial cayeron.
¿Superávit o déficit en la economía? ¿Cuál es mejor? 🤔
A primera vista, uno podría pensar que el superávit es la mejor opción, ya que el Estado tendría suficientes recursos para cubrir nuevos gastos públicos sin necesidad de aumentar impuestos o de incurrir en nueva deuda pública.
Sin embargo, existen ciertos matices que hacen que, en ocasiones, incurrir en déficit pueda ser más conveniente.
El caso más común es el de una crisis económica, en la que los Estados pueden incurrir en déficit fiscal para proteger a sus ciudadanos del desempleo y otras adversidades.
Tienen que pagar prestaciones por desempleo y se prefiere no subir impuestos, por lo que, en este caso, el déficit es la mejor opción. Es por eso que, por lo general, la deuda pública aumenta durante las crisis económicas y financieras.
Además, muchos expertos argumentan que no tiene sentido considerar que una economía se ve perjudicada por un déficit comercial, especialmente porque el aumento de las importaciones indica que los consumidores y las empresas están consumiendo, lo cual es un signo de una demanda y una economía que funciona libremente.
En cualquier caso, hay cierto consenso en que la situación ideal es la equilibrio presupuestario, especialmente a largo plazo. De hecho, cuanto más tarde se reduzca el déficit, más difícil será reducirlo en el futuro.