En redes sociales y medios es común leer sobre los efectos insidiosos del síndrome del impostor todo el tiempo.
Seguro has leído mucha información sobre este síndrome del importar, el cual nos frena de la progresión profesional, niega nuestra autoestima y nos inhibe de perseguir lo que queremos hacer.
Pero según las investigaciones recientes, no solo se ve afectada nuestra salud mental, sino también nuestras billeteras.
Entonces, ¿qué es el síndrome del impostor? 🤔
El síndrome del impostor, es una mentalidad común en la que nos creemos menos competentes de lo que los demás perciben. La razón por la que tiende a impactar nuestro dinero, el cual está muy entrelazado con nuestras carreras.
Este síndrome puede hacer que las personas minimicen los éxitos, cuestionen su salario e incluso eviten los ascensos.
A menudo provoca síntomas de agotamiento por el exceso de trabajo, sentimientos de insuficiencia y autocrítica, falta de satisfacción en el trabajo y miedo a pedir ayuda.
Existen seis formas clave en las que el síndrome del impostor actúa, para evitar que alcancemos nuestro potencial financiero.
Poner un bloqueador en aumentos de sueldo y promociones 💸
Pedir un aumento de sueldo es una conversación complicada con la que muchos no se sienten cómodos y el síndrome del impostor puede hacer que esto se sienta aún más difícil.
A veces parece que tenemos suerte de tener el trabajo, así que cuando nos enfrentamos a una conversación tan tensa como el dinero y los aumentos, la presión de presentar tu caso puede hacer que quieras esconderte debajo de tu escritorio.
Pero recuerda, tienes todo el derecho de abordar el tema. Si tus gerentes te hacen sentir audaz por pedir que se te pague por un buen trabajo, ese es el Síndrome de Estocolmo corporativo de ellos, no el tuyo.
Todo lo que puedes hacer es estar preparado con razones claras de tu deseo de un aumento o promoción. Tratar de que ningún sentimiento de incompetencia te impida tener esas conversaciones difíciles, las cuales suelen ser muy necesarias.
Costos de FOMO 🍾
El síndrome del impostor puede hacer que compensemos en exceso en los entornos sociales, haciéndonos sentir la necesidad de probarnos a nosotros mismos o justificar nuestras amistades.
Por lo tanto, las personas que padecen el síndrome del impostor pueden experimentar FOMO, con más frecuencia, lo que los incita a gastar dinero innecesariamente para simular un buen momento.
Lo que sucede entonces es que nos encontramos sin mucho más para agregar a nuestros ahorros.
La investigación incluso revela que más de un tercio de las personas sienten celos cuando sus amigos salen sin ellos y, en promedio, gastarán alrededor de $628 dólares al año en eventos a los que no querían asistir. Eso es mucho dinero para gastar cuando realmente solo queremos estar en casa.
Si experimentas FOMO, te sugerimos que digas ‘sí’ a una cantidad limitada de eventos sociales a los que deseas asistir.
Usar escalas de Likert donde calificamos nuestro entusiasmo por un evento social (desde 1 ‘No quiero ir’ hasta 10 ‘Realmente quiero ir’), puede ayudar a desterrar FOMO y guiarnos hacia lo que realmente queremos.
Adquirir las tendencias 🛍
En promedio, compramos alrededor de unos 27 kg de ropa al año, mientras arrojamos 23 kg de ropa y textiles a los vertederos cada año. ¿Lo más difícil de todo? Solo usamos un 60% de esta ropa que compramos.
Esto significa que, podrías estar gastando cientos en atuendos que crees que te ayudarán a verte bien, cuando en realidad se van a desperdiciar.
Desafortunadamente, el síndrome del impostor hace que sea imposible para nosotros internalizar nuestros éxitos. Como resultado, podemos enfocarnos demasiado en nuestra fachada externa para ayudarnos a sentirnos más seguros.
Los estudios han demostrado que aquellos con síndrome del impostor que compensan a través de la moda reportan mayores sentimientos de falta de autenticidad y puntuaciones más bajas en confianza.
Exceso de trabajo 🧑💻
¿Eres perfeccionista en el trabajo? El síndrome del impostor puede hacer que las personas se esfuercen por cumplir con estándares imposibles.
Y si bien nos han hecho creer que dedicar horas extra, nos hará notar por las razones correctas, e incluso puede parecer esencial para obtener una promoción, en última instancia. Lo que estamos haciendo es establecer un precedente poco saludable para los límites del trabajo y empujarnos a límites que podrían hacer que nos quememos incluso antes de llegar a donde queremos ir.
Esta inmensa presión puede llevar al agotamiento, en consecuencia, podría terminar estancando aún más el progreso de tu carrera y potencialmente perder ese aumento salarial.
Si experimentas el síndrome del impostor, te sugerimos un enfoque doble en el que apuntes a una productividad del 75%, mientras buscas comentarios y tranquilidad de tus colegas con respecto a tu trabajo.
Esto proporciona retroalimentación directa que, puedes usar para desafiar tu necesidad de volver a sus altos estándares.
Evitar los consejos financieros 🤝
Con el síndrome del impostor viene la creencia de que no estamos mentalmente equipados para manejar cosas grandes, en algunos casos, tendemos a enterrar la cabeza en la arena, prefiriendo evitar el estrés de la abrumadora administración de la vida.
Pero, en noticias que no sorprenderán a nadie, tu dinero no se está cuidando solo.
Entonces, si no estás al tanto de tus fondos, no solo perderás oportunidades financieras, sino que también caerás en la trampa de tener que depender de los bancos y otras instituciones para todo, en lugar de saber lo que está pasando con tu dinero.
Si bien es difícil cuantificar cuánto dinero podrías estar perdiendo, evitar el asesoramiento financiero finalmente tendrá un impacto negativo en tus finanzas.
Por eso te recomendamos pedir ayuda, no necesariamente a profesionales, sino a aquellos que saben decir las cosas con claridad.
Como las personas con el síndrome del impostor temen ser descubiertas como ‘impostores’, rara vez piden ayuda. Así que si sufres del síndrome del impostor, plantéate el desafío de pedir ayuda a alguien cada mes y asegúrate de que la solicitud de apoyo de un mes gire en torno a tus finanzas.
Jugando a lo seguro 🔐
Cada vez más personas se han animado a convertirse en sus propios jefes durante la pandemia.
Pero lo que pasa con el síndrome del impostor es que puede hacer que dar este tipo de zambullida parezca imposible y fuera de alcance.
Y cuando nos cuestionamos a nosotros mismos, tendemos a desvirtuar nuestros planes o renunciar a ellos por completo, dejándolo en manos de las personas que pueden hacerlo.
Pero ese tipo de actitud derrotista no nos lleva muy lejos, especialmente cuando sabemos que estamos trabajando con grandes ideas y estamos luchando para comenzar con ellas.
El síndrome del impostor, puede impedir que las personas inicien sus propios negocios, ya que los sentimientos de inadecuación pueden desencadenar nuestro mecanismo de congelación. Lo que lleva a la procrastinación y a la minimización de las habilidades.
Los buenos mentores valen su peso en oro cuando se piensa en iniciar un nuevo negocio, ya que su capacidad de guía puede ser suficiente para motivar a superar tus dudas y a un plan para el éxito.
Como ves, lo más importante es ir tomando los pasos necesarios para afianzar tu confianza en ti mismo y así poder lograr todas las metas financieras que te propongas.