Casi siempre, cuando empezamos a averiguar sobre un tema nuevo, nos enfrentamos a conceptos que no entendemos y que necesariamente tenemos que “googlear” o buscar en un diccionario (a lo tradicional) para poder continuar con nuestra investigación. Eso pasa mucho con las finanzas personales, a simple vista uno creería que todo lo sabemos, pero cuando profundizamos un poco aparecen palabras que nos dejan en blanco. Por eso, hoy te traemos 3 conceptos básicos que te ayudarán a entender mejor este tema: poder adquisitivo, gastos fijos y variables y, por último, depreciación.
Poder Adquisitivo
El poder adquisitivo es la capacidad económica que tienes para comprar bienes o servicios, eso dicen los libros, pero en palabras más sencillas es la capacidad de compra que tienes de acuerdo con tu nivel de ingresos en un momento determinado de tu vida.
Por lo tanto, esto no es más que la medida de recursos monetarios que una persona tiene disponibles para atender sus necesidades y deseos; disponibilidad que vendrá, normalmente, de sus ingresos y/o de su patrimonio.
Para empezar a tener unas finanzas personales sanas deberías ser consciente de cuál es tu poder adquisitivo e intentar que tus gastos no lo excedan, incluso, lo ideal sería poder ahorrar una porción de tus ingresos.
Para organizarte existen diferentes fórmulas que puedes aplicar para dividir los rubros de gasto, una de estas es, por ejemplo, 50-30-20: donde el 50% de tus ingresos son para tus gastos básicos, el 30% para ocio y gustos y el 20% restante para ahorro e inversión. Este orden puede cambiar, por ejemplo 30% para ahorro e inversión y el 20% restante para ocio; al final tú decides qué te funciona mejor (teniendo en cuenta que siempre debes tener un porcentaje de ahorro).
Gastos fijos y variables
Dentro de la construcción del presupuesto para organizar tus finanzas personales debes tener en cuenta estos dos tipos de gasto: los fijos y los variables.
Los gastos fijos son aquellos que debes realizar constantemente (por lo general mensualmente) para cubrir tus necesidades básicas como: vivienda, alimentación, servicios públicos, educación básica, obligaciones financieras, entre otros. Normalmente son fáciles de prever, pues las fechas aproximadas y los montos de pago se saben con anticipación.
Por ejemplo, si tienes un crédito hipotecario sabes con anterioridad cuánto es la cuota e incluso cuándo es la fecha en la que debes hacer el pago. Se llaman fijos porque tienen una constancia en el tiempo.
Los gastos variables son aquellos que no tienen una periodicidad determinada y pueden variar mes a mes, ya sea porque es un gasto no planeado o porque no tiene una frecuencia recurrente, sino más bien de vez en cuando.
En esta categoría también entran esos gastos que no “tienes en el radar” como, por ejemplo, una salida adicional a comer el fin de semana, un antojo de unos zapatos o una ida a cine.
Calcular exactamente cuándo se generan estos gastos no es tan sencillo, pero por el bien de tu economía, lo más adecuado sería que dentro de tu presupuesto general contemples este tipo de gastos y separes una parte de tus ingresos para estos momentos. De esta manera te organizas y sabes que tienes X monto disponible para tus antojos, eventos sociales, citas románticas, etc., y no gastas de más.
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Depreciación
Por último, hablaremos de un concepto que pareciera el más difícil, pero en realidad es muy sencillo. La depreciación significa la pérdida de valor de un bien por el paso del tiempo, simple… es eso que le pasa a un carro cuando se saca del concesionario o cuando ya tiene 10K kilómetros recorridos, pero ¿qué tiene que ver un carro? Pues esto también le pasa a tu plata, ¿sabías? El fenómeno económico que hace que tu dinero pierda su valor real con el tiempo se llama inflación; cuando este ejerce su fuerza, lo que sucede es que tu dinero se deprecia.
La pregunta es ¿cómo combatirlo para que tus ahorros y finanzas personales no se vean afectadas? La respuesta es aún más sencilla: ¡Con inversión! Mientras mantengas tus ahorros en productos financieros que te generen rentabilidad y te permitan ganarle a la inflación, te estarás defendiendo ante la pérdida de valor de tu dinero con el pasar del tiempo.
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Como puedes ver, los 3 conceptos de los que hablamos van muy de la mano; el poder adquisitivo es una manera de entender toda la “torta” que contiene tus finanzas personales; los gastos fijos y variables hacen parte de esa la torta y finalmente, la última porción de la torta es tu inversión que va a prevenir que la plata que ahorras pierda valor contra la inflación.
Ahora, es tu responsabilidad aplicarlo a tus finanzas y comenzar a darle un manejo más adecuado y sabio a tu dinero, recuerda que, como toda relación, esta tiene que fluir de la mejor manera en tu vida porque siempre estarán juntos, pase lo que pase.