El dinero puede ser uno de los aspectos más polémicos de una relación o matrimonio. Una de cada cinco parejas identifica el dinero como su mayor desafío en la relación, según una encuesta de Fidelity del 2021.
A veces, el desafío es quién gasta demasiado o quién no ahorra lo suficiente. Pero quizás el tema más difícil es más básico que eso. Se trata de cómo combinar las finanzas lo que nos lleva a ¿es mejor mantener todo separado? Y si unen fuerzas, ¿quién realiza un seguimiento de los gastos y ahorros, y cómo lo hacen?
👉 Por supuesto, no existe una sola forma correcta o incorrecta para que las parejas manejen sus finanzas personales. La forma en que se dividen las tareas y la toma de decisiones puede depender de los conocimientos financieros, el interés o la disposición existentes de cada uno.
Algunas personas quieren una división de funciones 50/50; algunos delegan todas las tareas a uno. Otros, mientras tanto, hacen que cada uno se concentre en sus fortalezas individuales: una persona puede ser buena metida de fondo en los presupuestos y las facturas, mientras que la otra se considera la estrella de las inversiones.
Queríamos conocer los diferentes enfoques que toman las parejas y con ese fin, le pedimos a tres grupos de personas que nos dijeran qué hacen en sus propias relaciones. Estas son algunas de las respuestas.
Mi dinero es mi dinero. Tu dinero es tu dinero 💸
Esta es la opinión de Juan, un ingeniero de 35 años.
A diferencia de muchas parejas jóvenes que trabajan, cuando nos casamos, mi novia y yo decidimos no combinar nuestras finanzas.
Si bien hay algunas investigaciones empíricas que muestran que las personas que combinan sus cuentas bancarias sienten una mayor sensación de «unión financiera», lo que a su vez puede promover la satisfacción de la relación, preferimos la sensación de control personal que viene asociada a que cada uno tenga sus cuentas.
Usamos un rastreador de gastos para dividir equitativamente las facturas y los gastos diarios.
Cuando se trata de artículos personales, como ropa nueva o accesorios, los compramos de nuestras cuentas independientes. Esto significa que no tenemos que pedirnos permiso ni informarnos para hacer una compra de lujo ocasional.
Es importante destacar que este enfoque para mantener nuestras cuentas bancarias separadas no significa que no hablemos de decisiones financieras.
Cuando se trata tanto de decisiones importantes como invertir una gran cantidad o de decisiones menores como hacer compras para nuestra casa o comprar un juguete para nuestro perro, tomamos estas decisiones juntos.
Nuestras conversaciones frecuentes de compra sobre las necesidades y deseos de nuestra familia nos permiten experimentar la unión financiera, a pesar de tener cuentas bancarias separadas.
Divide y vencerás
Esta es la opinión de Isabela, una diseñadora de modas de 28 años. En nuestra relación trabajamos en base al “divide y vencerás» mientras mantenemos nuestra independencia financiera única.
Combinamos nuestros ingresos y, básicamente, los dividimos en tres grupos después de haber ahorrado un 15%.
El grupo 1 lo usamos para pagar nuestros gastos mensuales, como el alquiler. El grupo número 2 es una cuenta para mi pareja y sus compras personales y la cuenta número 3 es la mía.
Darle a cada uno un espacio financiero seguro, donde pueda tener algo de dinero para hacer lo que quiere cuando quiere sin tener que pedirlo, es algo que nos da mucha tranquilidad y comodidad.
Mi novio es el director financiero no oficial y administra el pago de las facturas mensuales. También está a cargo de hacer cambios de proveedor cuando sea necesario y maneja el presupuesto. Mi función es la de directora de inversiones y soy responsable de elegir nuestras inversiones y elegir los fondos.
Actuamos como codirectores cuando se trata de trazar metas y objetivos familiares financieros. Evaluamos nuestras metas en términos de ahorro, patrimonio neto o posibles compras y revisamos nuestro plan financiero a largo plazo para asegurarnos de que estamos encaminados hacia nuestras metas.
Tener una relación abierta y transparente con nuestro dinero nos ha permitido minimizar las discusiones y discrepancias y enfocarnos en maximizar nuestras metas financieras mutuas.
Lo mío es tuyo, lo tuyo es mio, lo nuestro es nuestro 💑
Esta es la opinión de Marco Antonio, un emprendedor de 42 años. Soy el director financiero designado en mi relación.
Manejamos los ingresos de ambos en una cuenta corriente conjunta desde donde se pagan los gastos. Desde esta cuenta corriente, tenemos transferencias mensuales que salen a una cuenta de ahorro conjunta para metas a corto plazo.
Otras transferencias van a nuestra cuenta de inversiones para objetivos a más largo plazo.
Cada año, nos sentamos y revisamos cada cuenta financiera que tenemos para que los dos sepamos lo que está pasando con nuestro dinero.
Este enfoque funciona para nosotros aunque probablemente no funcione para todos.
Todas las parejas tienen formas diferentes de manejar sus finanzas personales y no hay formas correctas ni incorrectas. ¿Lo más importante? La comunicación abierta sobre lo que ambos esperan de su dinero y su relación.