Yo no soy tanto de fútbol, mi amor es el ciclismo y la Fórmula 1… Pero hoy hablaremos del primero. Para mí, las competiciones de ciclismo profesional son uno de los eventos deportivos más emocionantes que existen sobre la faz de la tierra…
Los ciclistas de élite, como Chris Froome, Tadej Pogačar, Rigoberto Urán o “Nairoman”, compiten en carreras que, literalmente, recorren cientos de kilómetros en todo tipo de terrenos, desde montañas empinadas hasta planicies sin fin, y en algunos casos, en el temido pavé —carretera hecha de adoquines—.
Otra de mis pasiones, claramente, es el mundo de las inversiones. Así que, aprovechando que se viene el Gran Giro de Italia, decidí mezclar los dos temas. Espero que disfrutes leer tanto este artículo, como yo escribiéndolo.
Aunque pueda parecer que poco o nada tienen que ver las inversiones con el ciclismo, en realidad hay muchas similitudes entre una gran vuelta (como el Giro de Italia, el Tour de France o la Vuelta a España) y las inversiones.
¿Qué tienen en común el ciclismo y las inversiones?
En ambos casos, para ser profesionales (expertos) se requiere una gran cantidad de preparación y planificación. Los ciclistas de élite entrenan durante meses, incluso años, para estar en la mejor forma física posible para la carrera. Algo muy similar sucede con los inversores, quienes (para ser expertos) deben entender el mercado en el que están invirtiendo y analizar las tendencias para tomar decisiones informadas sobre cómo invertir su dinero.
En una gran vuelta de ciclismo, cada etapa es un desafío único que requiere diferentes habilidades y estrategias, y por más que conozcan las rutas, hay variables que no controlan, como el clima o eventualidades de carrera (como un pinchazo o avería en la bici). Algunas etapas pueden requerir una gran resistencia, mientras que otras pueden ser más técnicas y exigir habilidades de manejo precisas.
Los inversores también deben adaptarse a diferentes situaciones del mercado. Aunque todo momento en las inversiones se parece a algo que ya sucedió, no siempre es igual, el mercado puede ser volátil y exigir un perfil y decisiones más conservadoras, mientras que en otros momentos puede ser más estable y permitir un enfoque más agresivo.
Los baches en el camino los sienten los ciclistas y los inversionistas
Tanto en el ciclismo como en las inversiones, los imprevistos pueden ocurrir en cualquier momento… es normal. En una gran vuelta ciclística, un competidor profesional puede sufrir una lesión o una avería técnica que lo haga perder tiempo valioso de la carrera. Del mismo modo, un inversionista puede encontrarse con una situación inesperada en el mercado, como una caída en el valor de una empresa en la que invirtió o falta de liquidez en los mercados para cerrar una operación.
En ambos escenarios es importante tener una estrategia sólida para superar estos obstáculos y mantener el rumbo hacia la meta final… algo así como “no dejarse asustar por los baches”.
Al final del día, tanto en el ciclismo como en las inversiones, el éxito depende de una combinación de muuucha paciencia, estrategia, ciertas habilidades y perseverancia.
Los deportistas de élite en el ciclismo tienen que esforzarse arduamente para mantenerse en el tope de su disciplina, así como los inversores deben estar alerta ante los cambios en el mercado y ser capaces de adaptarse a las circunstancias que evolucionan constantemente.
Dicho lo anterior, los dos profesionales, el ciclista y el inversionistas (si lo pensamos como inversionista profesional), enfrentan riesgos y desafíos, pero con la preparación y la mentalidad correcta, pueden lograr grandes cosas.
El sprint
Entonces, en resumidas cuentas, cualquier competencia del ciclismo y nuestra etapa en las inversiones comparten muchas similitudes. Para las dos se requiere una planificación cuidadosa, la habilidad de adaptarse a diversas situaciones, tener la capacidad de enfrentarse a obstáculos y la perseverancia para lograr el éxito.
Ya sea que estés pedaleando hacia la línea de meta o tomando decisiones financieras informadas, la clave es mantener la vista en el objetivo final y estar preparado para lo que se presente en el camino.
Lo mejor de todo esto, y para que no lo sientas tan lejano —pues ni yo soy un ciclista élite ni un inversionista profesional (hago lo que puedo en los dos campos)—, es que no tenemos que ser los mega expertos, lo podemos hacer para aventurarnos a montarnos en dos ruedas, o construir nuestro futuro financiero. Hay expertos profesionales que nos pueden ayudar a cada paso del camino, y si preferimos hacerlo solos, la constancia en el aprendizaje nos dará las herramientas para tomar nuestras propias decisiones.
Aplica estas similitudes y verás cómo disfrutarás más invertir, y por otro lado, rodar y conocer montañas nuevas con tu grupeta.