¿Te has preguntado cuándo es un buen momento para vender tus acciones? En esta nota te contamos cuándo hacerlo y cuando no hacerlo.
Hoy voy a empezar esta nota con unas frases muy célebres de inversionistas:
“¡No hagas nada, solo quédate ahí!”–Jack Bogle
“Sé codicioso solo cuando los demás tengan miedo.” – Warren Buffett
“Ganas la mayor parte de tu dinero en un mercado bajista; simplemente no te das cuenta en ese momento.”–Shelby Cullom Davis
Las acciones han sido volátiles recientemente, oscilando por todos lados pero en su mayoría con una tendencia a la baja. El S&P500 ha perdido alrededor de un 13% en lo que va de 2022, y el Nasdaq Composite, con muchas acciones tecnológicas, ha perdido más del 21%.
Es normal que muchos se pregunten entonces si deberían vender sus acciones.
Entonces… ¿debería vender mis acciones? 🤔
No es necesario ser una leyenda de las inversiones para saber que rara vez es aconsejable ser un vendedor en tales entornos si puedes evitarlo.
Vender durante una recesión rompe uno de los principios clave de una inversión exitosa: vender más caro.
Y los inversionistas que entran en pánico son propensos a tomar decisiones emocionales que socavan el éxito de sus planes. Incluso el alivio emocional que puede traer la venta es fugaz, ya que a menudo se reemplaza rápidamente por otra preocupación persistente: ¿es hora de volver a entrar?
Por todas estas razones, la advertencia de mantener el rumbo en un mercado a la baja suele ser, por lo general, un buen consejo. Pero también supone algunas cosas clave que pueden aplicarse o no. Lo importante es que asume que el plan de inversión subyacente y la asignación de activos están bien pensados y atendidos.
Sin embargo, al menos hasta hace poco, vivíamos en una era de FOMO, miedo a perderse algo, en la que muchos inversionistas novatos se lanzaron a los activos de riesgo con la esperanza de enriquecerse de la noche a la mañana.
Es un gran salto asumir que muchos de estos novatos estaban operando con un plan subyacente o incluso una apreciación de los conceptos básicos de inversión como la asignación de activos, la diversificación y el papel del horizonte temporal.
Por eso en estos casos es mucho mejor invertir en fondos de inversión colectiva, que actúan como una canasta diversificada de activos.
Entonces, en resumen, si compraste activos en los que confías y tienes un portafolio diversificado probablemente no deberías vender tus acciones.
Si por el contrario compraste algo en un hype del momento pero que no va con tu perfil y plan de inversión, a lo mejor sería bueno considerar venderlo.
Pero ¿en qué otros casos si merece la pena vender tus acciones? 💸
Se te estás acercando a la jubilación y necesitas reducir el riesgo 👵
Me he dado cuenta de algo a medida que he interactuado con adultos mayores a lo largo de mi carrera: incluso cuando nuestro nivel de comodidad con la toma de riesgos generalmente crece a medida que tenemos más tiempo como inversionistas, nuestros planes y la capacidad de absorber el riesgo suele disminuir.
Creo que eso explica por qué es tan difícil lograr que los inversionistas mayores eliminen el riesgo de sus carteras en los años previos a la jubilación y durante la misma.
Han visto esta película. Saben que las acciones generalmente se recuperan y sus acciones han superado a todo lo demás en sus portafolios por un amplio margen
Sin embargo, aun cuando la tolerancia al riesgo crece con la experiencia, la capacidad de riesgo (la capacidad de absorber grandes pérdidas en nuestros portafolios de acciones) disminuye a medida que nos acercamos a sacar dinero de nuestros portafolios.
En esa etapa de la vida, es aconsejable comenzar a construir posiciones en efectivo y bonos.
Si un mercado pésimo se materializa temprano en la jubilación, el inversionista puede «gastar» las cosas seguras en lugar de aprovechar los activos de capital que se están depreciando.
Tienes un objetivo de inversión a corto plazo 🏡
Según una encuesta de 2021 de Charles Schwab una buena parte de los inversionistas espera alcanzar grandes hitos de por vida en los próximos años, como comprar una casa o tener un bebé.
Esas estadísticas sugieren que algunos de los participantes en el mercado no están enfocados en acumular inversiones para su jubilación en 30 o 40 años.
Más bien, es posible que necesiten aprovechar sus portafolios pronto para cubrir un gasto de emergencia, ayudarlos a superar la pérdida del trabajo o financiar algún objetivo a corto plazo que no sea la jubilación, como el pago inicial de una casa.
En esos casos puede merecer la pena salir de las posiciones y venderlas para poder invertir en otro tipo de activos, como el inmobiliario.
Tu portafolio está desbalanceado 🧳
A veces, una buena razón para vender acciones tiene más que ver con tu portafolio que con tu tolerancia al riesgo.
Si tus asignaciones de inversión están fuera de control, es posible que debas reequilibrar vendiendo algunos de los que han generado el desbalance.
Si te has decidido vender, descarga tus acciones de manera inteligente.
Para empezar, vende en tramos durante un período de tiempo; algunos expertos recomiendan vender una cuarta parte de las acciones que quieres vender a la vez. Si eso sucede durante un mes o varios meses depende del mercado.
Recuerda considerar los impuestos que debes pagar por tu venta y tómalo en cuenta a la hora de decidir si es algo que merece la pena o si prefieres esperar más para la venta.
Finalmente, nunca vendas en estado de pánico. Un negocio con el que te sentías cómodo en un mercado sin problemas no debe abandonarse cuando aumenta la volatilidad. Recuerda que los mercados siempre son cíclicos.