Octubre es por excelencia el mes de los disfraces, las máscaras, el maquillaje y los dulces, es el momento del año en donde podemos convertirnos en nuestros héroes, personajes favoritos, o incluso, en nuestra pesadillas. Por lo tanto, aprovechando la ocasión, hoy, hoy queremos desenmascarar las finanzas personales y hablar de su manejo adecuado… Sin filtros.
Veremos a qué se le puede llamar ingreso dentro las finanzas personales y cuál sería el porcentaje ideal para distribuirlo en los gastos mensuales.
Los ingresos: ¿qué son en nuestras finanzas personales?
Explicar qué es un ingreso en nuestras finanzas es, sin duda, mucho más sencillo que hablar de cómo gastarlo. En la categoría de ingresos vas a tener en cuenta el dinero que recibas de manera mensual por salario, es decir, el pago que cada 15 o 30 días (dependiendo de tu empleador) o por trabajo de freelance,además de cualquier dinero extra que recibas por alguna actividad adicional.
Los ingresos son todo el dinero que recibes en un periodo de tiempo específico, sin restarle tus gastos u obligaciones.
El poder de compra de tus finanzas personales
Hay un concepto económico que es muy importante en el manejo de nuestras finanzas personales: el poder adquisitivo, o dicho más sencillo, el poder de compra que tiene tu dinero y que tienes tú de acuerdo con el nivel de ingresos en un momento determinado de tu vida.
Como puedes ver, el tamaño de tu poder adquisitivo depende en gran medida de tus ingresos, así que conocerlos muy bien te dará el primer paso para realizar un manejo adecuado de tu dinero. Es por esto que para tener unas finanzas personales sanas debes ser consciente de cuál es tu poder adquisitivo e intentar que tus gastos no lo excedan. Incluso, lo ideal sería poder ahorrar –o invertir– una porción de tus ingresos.
¿Cómo puedo entender los gastos de mis finanzas personales?
Creemos en cierta medida que tenemos súper claro en qué se nos va la plata, pero, así lo tengas claro, queremos que sea lo más ordenado posible para que no se te escape ni una mosca. Existen dos tipos de gastos: los fijos y los variables.
Los gastos fijos son los que debes realizar de manera periódica (que en este caso serán mensualmente) para cubrir tus necesidades básicas, tales como: vivienda, alimentación, servicios públicos, educación básica, obligaciones financieras, entre otros. Normalmente son fáciles de prever pues su concepto no suele cambiar (la factura del agua siempre será el servicio del agua) y las fechas aproximadas de pago y los montos se saben con anticipación.
Por ejemplo, si tienes un crédito hipotecario sabes con anterioridad cuánto es la cuota e incluso cuándo es la fecha en la que debes hacer el pago. Se llaman fijos porque tienen una constancia en el tiempo.
Por otro lado, los gastos variables son aquellos que no tienen una periodicidad determinada y pueden variar mes a mes, ya sea porque es un gasto no planeado o porque no tiene una frecuencia recurrente, sino más bien de vez en cuando.
En esta categoría también se incluyen esos gastos que no tienes presupuestado, como por ejemplo, una salida adicional a comer el fin de semana, un antojo de unos zapatos o una ida al cine.
Ahora sí, hablemos de una idea para gestionar las finanzas
Por último, para ayudarte a organizar tus finanzas queremos hablarte de la regla 50 – 30 – 20, la cual te puede servir como herramienta para distribuir mensualmente tus ingresos y así darle más valor a tu poder adquisitivo. Esta consiste en destinar el 50% de tus ingresos a los gastos fijos, el 30% a los gastos variables y el 20% a ahorro (o inversión).
Ten en cuenta que esta “regla” no es una camisa de fuerza. Realmente la distribución de los porcentajes la puedes adaptar a tu realidad financiera. Piénsala como una guía que, dependiendo de tu situación financiera, podrás dividir los gastos de la manera en que mejor se adapten a tu presupuesto.
Te dejamos por acá un video que puede interesarte: Regla 50/30/20
Esta es una propuesta para el manejo de tus finanzas personales. Ahora te toca a ti probarlo y contarnos qué tal te ha funcionado.