¿Te ha pasado que a veces te sientes “menos arriesgado”, o incluso, “más temeroso” que tus amigos? En las inversiones suele suceder por algo que los economistas llaman la “aversión al riesgo”. Esto significa la actitud de rechazo que experimenta un inversionista ante la posibilidad de sufrir pérdidas en el valor de sus activos.
Sin embargo, esto no supone que seamos menos valientes o más “miedosos” que los demás, al contrario, al hacer una inversión, todos asumimos cierto nivel de riesgo, y por lo tanto, todos somos valientes al invertir. No importa si tu perfil de riesgo es ajedrecista, surfista o paracaidista, la valentía se evidencia en el momento en que tomas la decisión de sumergirte en el mundo de las inversiones; es en ese instante que te llevas el trofeo de: Valentía.
Veamos dos razones para comprender mejor por qué solo con el hecho de comenzar en el mundo de las inversiones, independientemente del perfil de riesgo que tengas, ya estás siendo valiente.
1. Al empezar a invertir estás asumiendo una cultura de disciplina.
Dentro del mundo de las inversiones hay un dicho que habla de la importancia de mantenerse invertido en el tiempo más allá de poder “predecir” los momentos indicados para invertir. La frase exacta dice así: “Time in the market beats timing the market”. Lo que quiere decir es que es mejor mantenerse invertido que tratar de “pegarle” al momento justo.
Ahí está la clave de la cultura de disciplina, pues deberás mantenerte invertido y ser constante con los aportes a tus inversiones para maximizar las probabilidades de éxito. El ser disciplinados facilita el camino, te hace perseverante y te permite dominar esos impulsos innecesarios que obstaculizan el camino hacia tu meta.
Es por eso por lo que estamos convencidos que al sumergirte en esta nueva cultura de ahorro y disciplina financiera estás demostrando tu valentía; no solo asumes un nuevo orden para tus finanzas personales, sino que también estás cambiando paradigmas y generando un nuevo estilo de vida para tu bolsillo, controlando tus gastos y siendo más consciente financieramente.
2. Al empezar a invertir te estás adentrando a un mundo desconocido que te llevará a ampliar tus conocimientos.
Para nadie es un secreto que los temas relacionados a la economía o a los mercados financieros son “difíciles de roer” y que no a todas las personas les interesa por igual, es más, creemos erróneamente que solo los economistas o profesionales en finanzas son capaces de ver la luz al final del camino. Pero esto no es un reflejo de la realidad porque es completamente normal sentir algo de desconfianza ante lo inexplorado, lo importante es dar el primer paso, y como todo un Indiana Jones, comenzar a explorar y descubrir nuevos mundos. De seguro, algún tema te va a terminar gustando y lo vas a aprovechar al máximo.
¿Recuerdas cuando aprendiste a montar bicicleta? Seguramente, en ese proceso, y aún con rueditas, sentiste un poco de miedo, pero ese temor se convirtió en tu motor para lograr pedalear solo, pues con cada caída te sentías un poco más cerca de conseguirlo. Así también funciona tu mente cuando vas a empezar a invertir, ese temor por lo desconocido te impulsa a querer aprender más, y cada vez, volverte más “ducho” en el tema. Esto no quiere decir que te tengas que convertir en el nuevo Warren Buffett del mundo de las inversiones, pero sí significa que tomarás las riendas de tu dinero.
Como puedes ver, ya eres valiente en la medida en que te arriesgas a emprender nuevos caminos y esto no es en función del perfil de riesgo que como inversionista puedas tener. Así que, deja a un lado cualquier temor que puedas tener, conviértelo en tu motor de arranque, y si aún no has empezado a invertir, sin duda, será el paso más valiente y fructífero que puedas hacer para encaminar tus finanzas personales.
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